domingo, 21 de junio de 2020

¿ES LA GLOBALIZACIÓN LA MUERTE DE LA PERSONA?



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El mercado no necesita de verdades imperecederas. Solo requiere, y solicita, de beneficios contables. Lo de menos es el bien social de toda una comunidad (estafada) sustentadora del sistema. Éste, el sistema, se nutre, explota, emponzoña, segrega, sacrifica y entierra a sacrílegos, y traidores, de la globalización y del pensamiento único.

Por este principal motivo, en la mal llamada democracia de las libertades, Las verdades (como valores eternos) no tienen cabida. Molestan. Surgen, y se adoptan, pseudoverdades. Después de todo, son trampas existenciales producto de una pérfida, y taimada, ingeniería social.

El mercado como implacable enemigo del ser humano

¡Qué frase más detestable!: “mercado laboral”. ¡Qué relación más insana entre empleadores y empleados! De esta desequilibrada dependencia se “obtuvieron” otrora unos mal “derechos laborales”. Pero, por mor de circunstancias ya sabidas [caída del muro de Berlín (1979) y desintegración de la U.R.S.S. (1991)], los mismos han ido, paulatinamente, menguando.

La globalización neoliberal, tanto de izquierdas como de derechas, es hegemónica en el hemisferio occidental y casi en el oriental. Pero, ¡no todo está perdido!

Las sociedades occidentales, custodias de un relativismo moral y subordinado, es un cenagal hediondo de existencias aplastadas. Todas ellas, se argumenta, por el bien del progreso de una humanidad rea y doliente. Ejemplo de falsarios valores por un sinsentido de la vanidad y soberbia absoluta; de una codicia sin límites. Etapa última incuestionada, e incuestionable, de un espacio común sin proyección en un más allá.

No hay futuro; no surge un nuevo albor. La negritud de un mundo corrupto, extenuado  y (todo él) escindido, nos traslada a un mar de soledades compartidas; consumación de una orfandad universal.

Los amaneceres son inviernos permanentes y los atardeceres son lentejuelas y falsos brillos; sin luminosidad. Argumentos machacones de una ilusoria verdad. Sofismas “perfectos”; diseños inteligentes provenientes de una sofisticada ingeniería vil. Y, para desgracia de toda una comunidad, las élites gobernantes son pastores indignos de una sociedad brutalmente maltratada, sin conciencia, adormecida y pueril. Pero…

OTRO MUNDO ES POSIBLE

 

Santiago Peña


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