sábado, 24 de julio de 2021

ORDEN Y TRADICIÓN

 

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Incluso un alma sumergida en el sueño trabaja duro y ayuda a hacer algo del mundo

Heráclito de Éfeso

 

Introducción

El Orden (Cosmos) se consigna a la forma en la cual las nuevas sociedades se constituyen en un claro antagonismo al Desorden (o Caos). El Orden y la Tradición son el resultado de obras netamente positivas; y, en consecuencia, reconocidas, y aceptadas, por la misma sociedad a las que va dirigida. Se establece un pacto indefinido de perdurabilidad; sin fecha de “caducidad”. De irrenunciable Eternidad.

 

 

Acerca del Principio, u Origen, del Universo

Al ser considerada una pregunta Metafísica, solo es posible contestarla desde la propia Metafísica (desde las primeras mitologías hasta las nacientes religiones): surgen las primeras civilizaciones bajo el auspicio de sus correspondientes divinidades (tutelares) como hacedoras de teóricos mundos perfectos. Por lo que se parte desde un inicial Caos (tribalismo y barbarie) hasta materializar, e institucionalizar, el Cosmos (civilizaciones estructuradas, viables y, por lo tanto, consolidadas). En estas primeras sociedades se establece el rito desde el recuerdo (cíclico), el respeto y la devoción (o Tradición).

 

 

La positividad de las cosas, su perdurabilidad y la Tradición  

Pero ¿qué se entiende, verdaderamente, por Tradición? La Tradición es un patrón intelectual y espiritual testamentario, que se transfiere de forma individualizada, o agrupada, con fundamento en los preceptos, o prácticas recibidas, en las diversas, y sucesivas, fases vitales de la humanidad. Admitiendo que, este modelo intelectual y espiritual, pueda delimitarse de forma similar en otras PERSONAS; con usos, y hábitos análogos, en diversas regiones del mundo conocido.

La PERSONA, como firme representante de toda una civilización y eje vertebrador de la misma, es una aurora en el camino, luciérnaga en la oscuridad, alma durmiente, belleza sin par. Es testamentaria de identidad imperecedera, albacea de atributos únicos, custodio de la singularidad. Es un ser sagrado e íntimo. Se proyecta: se ofrece a los demás. Pero pervive en la introspección y en las sutiles sombras de la misma Luz.

Prueba de todo ello, PERSONA y Sociedad, establecen un vínculo indisoluble, sistémico, sólido, harmónico, místico, holista, sublime y cuasiperfecto. El Microcosmos (PERSONA) y el Macrocosmos (Sociedad) son lo mismo, porque lo mismo son. 

La perdurabilidad de las cosas (siguiendo estas, insustituibles, categorías: familia, comunidad y sociedad o civilización) implican: Honor, Justicia, Verdad, Persistencia, Respeto, Devoción, Orden y Tradición. Y, todas ellas, recayendo en el único ser vivo y aglutinador: La PERSONA. El Sujeto pensante y autor de Categorías y Valores. [En este punto no nos planteemos los previsibles hechos negativos que pueda cometer un sujeto perverso (o un grupo de individuos maliciosos); solamente contemplemos actos significativamente moralizantes, excelsos, benignos y éticamente bellos]

Un claro ejemplo, de esta panoplia de Valores Universales, lo tenemos extensamente documentado en la antigua, y extraordinaria, Civilización Egipcia (y, de igual manera, como un ilustrativo paradigma de Imperium Consolidado). Toda ella es un inigualable modelo de sociedad magistralmente estructurada, firmemente jerarquizada, estable, harmónica, mística, extremadamente longeva; muy celosa de su cultura, de su historia y, por tanto, de sus Tradiciones:

 

Toda sociedad que renuncia a sus valores, a su historia, a su cultura y a sus tradiciones está condenada, irremisiblemente, a su más abyecta desaparición.

 

 Santiago Peña

 

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